
Tu eres la luz que ilumina mis días y mis noches, la luz que me indica el camino a seguir y repara mis fuerzas para poder seguir adelante día tras días, adelante por y para ti. Me siento seguro al saber que estás ahí, me siento amado al saber que estás para mi... siento tantas cosas distintas que apenas si hay suficientes palabras para poder explicarlo de forma exacta y sin quedarse corto.
Porque tu eres ese rayo de luz que penetró entre la oscuridad, hace rayo de luz que irrumpió en una vida gris y sin color. Te colaste por una pequeña rendija y te apoderaste de todo, irradiaste con tus rayos de luz y calor toda mi vida y acabaste por hacerte la única dueña de mi cuerpo y de mi alma. Sin oponer resistencia te llevaste mi corazón, aunque con esa luz te lo habrías llevado de todos modos aunque me hubiese resistido.
Nunca había sentido una luz así, nunca me había sentido tan arropado. Desde que me cubriste con tus alas y me diste aquella calidez entendí que tendría frío sin ti, sin tenerte a mi lado. Por eso no quiero que esto acabe nunca, nuestras almas quedaron entrelazadas aquel día y así lo estarán por siempre, es una promesa de amor que siempre cuidaré.
A tu lado todo es mejor, a tu lado todo es más bello, todo más bonito. Cuando tu estas lo gris se vuelve colorido y el frío más profundo se transforma en un ardor tan intenso como las llamas del propio averno. Aunque contigo realmente me siento volar hacía el cielo más alto, con tus alas soy capaz de llegar hasta allí sin soltar la mano que un día te agarré y te apreté con todas mis fuerzas.
Y es que día tras día siento como cada vez te quiero más, siento como cada vez me haces más faltas. Tus ausencias se hacen más duras y tus presencias mucho más necesario. El tiempo pasa volando cuando tu estas a mi lado y parece detenerse de forma dolorosa cuando te ausentas. Pero si hay algo que tengo claro es que merece la pena, un solo minuto contigo merece la pena para esperarte una eternidad porque cuando estoy con vos nada más importa.
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La vida tardó en ponerte a mi lado
Pero finalmente apareciste junto a mi
Tu luz se hizo paso en un cielo gris
Lo llenaste todo y te adueñaste de mi
Mi corazón, mi alma, mi cuerpo...
todo mi ser está rendido a tus pies.
Desde apareciste, existe tu y solo tu.
Tu eres mi camino, mi luz y mi calor.
Al cielo me elevaste aquel día
A lo más alto me subiste con tus alas
Tomaste mi mano con fuerza,
y jamás volveré a soltarla...
Por siempre juntos...
tu y yo...
Dos ángeles sin alas...
que juntos aprendieron a volar.
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